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No estamos ni estaremos solos. Dios está con nosotros.

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Autor: Paul D. Tripp

 

No estamos ni estaremos solos. Dios está con nosotros.

No te encuentras solo contra la tentación porque Aquel que es tu Salvador es también tu fortaleza, tu refugio y tu defensa.

La Biblia te llama, como creyente, a vivir con tres realidades presentes. La primera es la que siempre te saluda cada día. La realidad es que vives en un mundo que ha sido dramáticamente quebrantado por el pecado y no funciona de la forma como Dios lo diseñó. Pablo lo dice muy bien en Romanos 8, señalando que el mundo está “gimiendo” mientras espera la redención. Debido a que el mundo donde vivimos no opera según el diseño original de Dios, te presenta tentaciones a dondequiera que vas. Estas tentaciones juegan con el pecado y la debilidad que aún viven en ti y que están siendo erradicados progresivamente por la gracia de Dios. Tú y yo debemos vivir conscientes de la tentación; el fallar en esto es fallar en reconocer la condición caída del mundo en el cual vivimos.


La segunda realidad es que, aunque pensemos que somos hijos de Dios, estamos faltos del poder y queremos pelear nosotros mismos la batalla espiritual a la que el mundo de pecado y tentación nos atrae. Al enfrentar nuestra vulnerabilidad y debilidad, hay cosas por las que tú y yo debemos orar regularmente. Debemos orar por un deseo puro, por sabiduría para reconocer los engaños del enemigo y por fortaleza para enfrentar aquellas batallas que no podamos evitar. Todo esto sale a flote al reconocer humildemente que lo malo no siempre nos parece malo. Que lo que Dios dice que es peligroso no siempre se ve peligroso. El mal no siempre parece tan malo a nuestros ojos. Así que necesitamos protección no solo para la tentación externa, sino para nuestros propios ojos ciegos y nuestros corazones errantes.


Finalmente, tú y yo somos bienvenidos a descansar en la realidad de que en este mundo caído que nos lanza tentaciones cada día no estamos ni estaremos solos. Dios está con nosotros. Él provee la seguridad que nosotros no podíamos conseguir por nosotros mismos. Tú y yo podemos enfrentar la dura realidad de la vida en este mundo incierto con valor y esperanza porque no nos enfrentamos a ellos por nosotros mismos. Emmanuel (“Dios con nosotros”) es con nosotros en poder, gloria y gracia. Las palabras de Sofonías 3:17 nos traen esperanza hoy como lo hicieron generaciones atrás cuando fueron escritas: “Porque el Señor tu Dios está en medio de ti como guerrero victorioso”.
 

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