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Las mujeres de la Biblia

Vida y Época 

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Las hijas de Felipe

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Referencias bíblicas: Hechos 21:8, 9

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Felipe el evangelista fue unos de los siete discípulos apartados para ejercer un ministerio especial en la iglesia (Hechos 6:3).

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Aunque fue bendecido con cuatro hijas admirables cuyos nombres no se mencionan, ni tampoco el de la madre, no se dice nada de si Felipe tuvo hijos varones. La ausencia de algún tipo de mención a la esposa de Felipe pudiera implicar que era viudo y que sus cuatro hijas se ocupaban de él y de su hogar. Con seguridad podemos asumir que su esposa fue una madre y esposa devota y que tuvo influencia formativa en las vidas de sus cuatro hijas quienes se convirtieron en un notable cuarteto de evangelistas que vivían entre sus vecinos paganos.


Las cuatro hijas son anónimas


Habría sido interesante tener sus nombres, así como tenemos los nombres de las tres hijas de Job, pero estas no estarían en la historia de la Biblia si no fuera por este único versículo que nos dice que realmente vivían y ocupaban un lugar tan importante en la comunión primitiva de la iglesia. Aceptamos la reticencia con respecto a su identidad como uno de los sabios silencios de la Biblia. Sus nombres están escritos en el rollo de los redimidos en el cielo. «No todas las flores que florecen en la tierra, ni todas las estrellas que se mueven en los cielos tienen un nombre en silabas humanas pero igual sonríen y brillan y las hijas anónimas de Felipe representan a los incontables fieles que sirven a una generación que no los conoce».


Eran vírgenes


Nos imaginamos a estas cuatro hijas un poco más allá de la etapa de la juventud, mujeres maduras con mucha experiencia piadosa y ejerciendo dones espirituales excepcionales. Son mujeres que escogieron una vida de soltera considerándola preferible para las mujeres llamadas o especialmente calificadas para ser intérpretes de Dios como Miriam en la antigüedad. Los escritores católico romanos las consideran como las primeras monjas de la iglesia cristiana.

J.D. Alexander sugiere que su virginidad probablemente se menciona «solo como una razón por la cual todavía estaban en casa o como una relación necesaria con su inspiración». Pablo dio el visto bueno a la vida de soltero porque representa un modelo de excelencia más elevado que el de los deberes de la vida doméstica (1 Corintios 7:8-34).


Profetizaban


Joel profetizó que se derramarían dones espirituales extraordinarios sobre ambos sexos y sobre las hijas igual que sobre los hijos. En el Pentecostés, Pedro inspirado en esta predicción: «Tus hijos e hijas profetizarán». Podría ser que Felipe y sus cuatro hijas estuvieran presentes ese histórico día y compartieran el derramamiento maravilloso del Espíritu y se convirtieran mediante esa divina unción en exhortadores cristianos. Como esas cuatro doncellas de Cristo «que mantuvieron blanco su historial de solteras», deben haber sido bendecidas y usadas cuando declaraban un mensaje de parte de Dios no solo con predicciones sobre el futuro sino también exponiendo la Palabra para el esclarecimiento y edificación de aquellos que las escuchaban. Debido a las enseñanzas de Pablo acerca del silencio de las mujeres como predicadoras en las iglesias (1 Corintios 14:34; 1 Timoteo 2:12), es posible que las hijas de Felipe confinaran su ministerio a aquellas de su mismo sexo. Si, cuando ellas acompañaran a su padre en sus viajes misioneros, entonces tenía oportunidades de predicar a las mujeres tanto entre los judíos como entre los gentiles y de ayudar en el bautizo de las mujeres convertidas. Su completa devoción al Señor debe haber animado constantemente el corazón de su padre cuya fe ellas seguían. La iglesia nunca sabrá cuanto le debe a estas mujeres consagradas y desconocidas.
 

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