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Las mujeres de la Biblia

Vida y Época 

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LEA 

LA MUJER A LA QUE LE FALTABA BELLEZA PERO QUE ERA LEAL

Referencias bíblicas: Génesis 29; 30; 49:31; Rut 4:11

Significado del nombre: El nombre de Lea se ha explicado de muchas maneras. La sugerencia de Wilkinson es «Cansada» o «Débil por enfermedad» que posiblemente hace referencia a su precaria condición en el momento del parto. Otros dicen que el nombre significa «casada» o «señora». La narración nos dice que «tenía ojos apagados (o tiernos)» (Génesis 29:17), lo que tal vez quiera decir que su vista era débil o que sus ojos carecían de ese brillo que se considera una parte sobresaliente de la belleza femenina y que evidentemente sí lo tenía su hermana Raquel, que era una mujer muy hermosa.


Nexos familiares: Como Jacob era hijo de Rebeca, este estaba emparentado con Lea. Lea era la hija mayor de Labán, quien mediante el engaño la casó con Jacob de quien tuvo seis hijos y una hija. Gracias a su criada Zilpá, Lea añadió dos hijos más a su familia.


La historia romántica de Jacob y sus dos esposas nunca pierde su encanto. Después de huir de Esaú y encontrar a Dios en Betel, Jacob llegó a Harán y en el pozo de Labán conoció a su prima Raquel que estaba sacando agua para las ovejas. Para Jacob fue amor a primera vista y ese amor permaneció firme hasta la muerte de Raquel mientras daba a luz al segundo hijo. Jacob trabajaba para su tío Labán y este le ofreció un salario a cambio del servicio prestado, pero Jacob acordó servir a Labán durante siete años con la condición de que al final de ese período Raquel fuera su es-posa. Como amaba tanto a Raquel esos años le parecieron unos pocos días.


Al final del período especificado su tío engañó cruelmente a Jacob. Como la costumbre de la época era llevar a la novia a la recamara del esposo en silencio y en la oscuridad, no fue sino hasta que amaneció que Jacob descubrió que Labán lo había engañado al ver que era Lea y no Raquel la que estaba a su lado. Labán excusó su injusto actuar diciendo que la hija menor no se podía casar antes que la mayor y Jacob pactó servir otros siete años por Raquel; su verdadero amor lo inspiró a ser paciente y perseverante. Quizás Jacob tomó el engaño como una retribución providencial, pues antes él había engañado a su ciego y moribundo padre.


No sabemos si Lea participó o no en el engaño para ganarle a Jacob a su más hermosa hermana. El tono moral del hogar era bajo y Lea pudo haber tenido la influencia del ambiente.


Una cosa es evidente y es que, aunque ella sabía que el amor de su esposo no era para ella sino para Raquel, Lea verdaderamente amaba a Jacob y le fue fiel hasta que este le dio sepultura en la cueva de Macpela. A pesar de que Jacob estaba locamente enamorado de la belleza de Raquel y la amaba, nada nos indica que ella lo amara a él de la misma manera. «Raquel sigue siendo una de esas mujeres cuya única recomendación es su belleza», dice H.V. Morton. «Ella era amargada, envidiosa, buscapleitos y petulante. Toda la fuerza de su odio estaba dirigido contra su hermana Lea».


Los nombres que Lea le puso a sus hijos testifican de la milagrosa fe que Dios había sembrado en su corazón. Fue un tanto despreciada por Jacob, no obstante el Señor se acordó de ella. A pesar de su matrimonio polígamo, ella fue la madre de seis hijos que se convertirían en representantes de seis de las doce tribus de Israel. Los nombres que Lea escogió revelan su piedad y sentido de obligación para con el Señor.


Rubén, su primogénito, significa «He aquí un hijo», y Lea alabó a Dios por haberla favorecido. Así se atesoró cuidadosamente la compasión divina en un nombre como ese, que también el portador manchó.


Simeón, el segundo hijo, significa «Escuchar», que Lea le dio porque Dios había oído su clamor a causa del odio de Raquel. Un nombre como ese es un monumento a la oración contestada.

Leví, el que le siguió, implica «Unido» y Lea se regocija al sentir que su esposo la va a amar y que mediante el nacimiento de Leví ella estará más unida a su esposo.


Judá fue el cuarto hijo que le nació a Lea y le puso un nombre que significa «Alabanza».Tal vez ahora Jacob se había vuelto un poco más afectuoso. Ciertamente el Señor era bueno con Lea y con Jacob, derrotando el egoísmo de su corazón y Lea entona un sincero Soli Deu Gloria: «Alabaré al Señor». Lea tuvo otros hijos llamados Isacar y Zabulón y una hija, Dina. Lea era poco atractiva en comparación con su hermosa hermana, pero lo que le faltaba en belleza le sobraba en lealtad a Jacob como esposa y como buena madre para sus hijos. «Al parecer, la poco atractiva Lea era una persona de piedad bien enraizada y, por tanto, más adecuada que su agraciada pero material hermana Raquel para ser el instrumento que llevara a cabo los planes de Jehová».


Una lección que podemos aprender del triángulo de amor de este antiguo hogar israelita es que las decisiones importantes no deben tomarse basándose solamente en la apariencia externa. Raquel era hermosa y tan pronto como Jacob la vio se enamoró de ella, pero era Lea, no Raquel, la que dio a luz a Judá de cuya línea vino el Salvador. La poco atractiva Lea puede que haya desagradado a otros, pero a Dios le atraía debido a la belleza interior de la que carecía Raquel. «Existen dos tipos de belleza», nos recuerda Kuyper. «Está la belleza que Dios da a la hora de nacer y que se marchita como una flor y está la belleza que Dios concede cuando por su gracia, los hombres nacen de nuevo. Ese tipo de belleza nunca se desvanece sino que florece eternamente». Detrás de muchos rostros regulares, hay una disposición hermosa. Además, Dios no mira la apariencia externa, sino el corazón.
 

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